My rating: 5 of 5 stars
Reseña de Miss Chick Lit:
Cuando leí la
sinopsis de este libro, pensé que quizás sería un tema duro y tuve mis dudas de
si me gustaría. Pero enseguida reparé en que si lo había escrito Marian Keyes,
seguro que ésta había sido capaz de describir con humor un asunto tan serio
como la adicción a las drogas. Y no me equivoqué.
La novela cuenta la
historia de Rachel, una chica que le gusta divertirse demasiado y echar mano de
sustancias psicotrópicas más de lo «normal» (ya que en palabras de Rachel:
¿quién no se ha metido alguna vez una rayita durante una noche de marcha?).
Sin embargo, una
mañana amanece en un hospital, después de que le hayan tenido que hacer un
lavado de estómago. Su familia, preocupada, decide ingresarla en una clínica de
rehabilitación un tanto curiosa.
La ilusión de
Rachel por conocer a estrellas del pop (según ella muy aficionados al consumo
de estupefacientes) y la esperanza de que la clínica sea una especie de SPA de
lujo son los alicientes que le llevan a aceptar su ingreso. Allí se irá
descubriendo poco a poco a sí misma y se
dará cuenta que ella no es mejor que los
demás adictos que están allí ingresados, y que ella al principio critica tan
mordazmente.
Anécdotas de cuando
Rachel tenía tres años, así como la interacción con sus hermanas son
tronchantes. Pero lo que más me ha gustado del libro, es la relación de Rachel
con Luke. El chico es de veras un encanto. Ella no se da cuenta de la suerte
que tiene con él. Pero yo sí ja, ja, ja. En serio, lo que me fascina de Marian
Keyes es que siempre logra que sus lectoras se enamoren perdidamente del chico
protagonista. Y eso es lo que me ha pasado a mí, que todavía no he conseguido
olvidar a Luke…
Es un libro bonito,
divertidísimo, instructivo y totalmente recomendable, que trata una cuestión
dura pero para nada irrealista, ya que el problema de adicción a las drogas o al
alcohol está más extendido en nuestra sociedad de lo que nos gustaría.
